miércoles, 18 de marzo de 2015

JAIME BUHIGAS: Estrategias para mejorar la creatividad.


No existen las estrategias, para Jaime la creatividad es algo universal, es una experiencia vital que hay que vivir. La creatividad es un proceso, tiene que ver con el alma, con el espíritu. Aboga por el lenguaje poético, como uno de los puntos de encuentro con la creatividad.
Nos deleita con este poema de Machado, haciendo un símil con el proceso creativo.
En el proceso creativo al igual que en el poema es necesario estar en un campo estéril, la creatividad surge cuando algo es “estéril”, cuando estas en un “tedio urbano” un entorno aburrido, los mismo de todos los días, un mundo prosaico. El creativo lo primero que detecta es la “carne triste” y de repente un “sueño de lirio en lontananza”, un camino con un sueño en la lejanía. Para ser creativo, afirma Buhigas, es necesario emprender un camino en solitario (salir de tu zona de confort) y tener una meta, un sueño. Pero no es adecuado permanecer solo, es necesario volver a “la ciudad”, estar con los demás, ser creativo en sociedad.  Otro concepto que puso encima de la mesa, es que la creatividad no es algo para hacer en “ratos”, es necesario ponerla en práctica todos los días y en todos los momentos.
Las familiar y las aulas deberíamos hacer de la necesidad una virtud, entendiendo que la carencia de cosas, agudiza la imaginación y potencia la creatividad. “No lo tengo, me lo invento”

 EL LOCO, Machado.

Es una tarde mustia y desabrida
de un otoño sin frutos, en la tierra
estéril y raída
donde la sombra de un centauro yerra.
Por un camino en la árida llanura,
entre álamos marchitos,
a solas con su sombra y su locura
va el loco, hablando a gritos.
Lejos se ven sombríos estepares,
colinas con malezas y cambrones,
y ruinas de viejos encinares,
coronando los agrios serrijones.
El loco vocifera
a solas con su sombra y su quimera.
Es horrible y grotesta su figura;
flaco, sucio, maltrecho y mal rapado,
ojos de calentura
iluminan su rostro demacrado.
Huye de la ciudad... Pobres maldades,
misérrimas virtudes y quehaceres
de chulos aburridos, y ruindades
de ociosos mercaderes.
Por los campos de Dios el loco avanza.
Tras la tierra esquelética y sequiza
rojo de herrumbre y pardo de ceniza
hay un sueño de lirio en lontananza.
Huye de la ciudad. ¡El tedio urbano!
¡carne triste y espíritu villano!.
No fue por una trágica amargura
esta alma errante desgajada y rota;
purga un pecado ajeno: la cordura,
la terrible cordura del idiota.

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